Alfonso Martínez Baños hace una reflexión pública en redes sociales sobre la actualidad del PGOM

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Alfonso Martínez Baños hace una reflexión pública en redes sociales sobre la actualidad del PGOM

Ha vuelto a la actualidad el Plan General de Ordenación Municipal de Totana, posiblemente porque a algunos y algunas prefieren que se hable de esto para no hablar de otras cosas.

Todos y todas coincidimos en que el nuevo plan hay que aprobarlo lo antes posible, de hecho debería estar aprobado desde 2003, pero en aquel año algunos vieron en esto una oportunidad para hacerse ricos, a costa de sus vecinos y vecinas, y decidieron tirar a la basura lo que estaba consensuado y concluido, para hacer el plan de los convenios urbanísticos.

No se trata de una cuestión menor, hablamos de planificar el futuro de nuestro municipio para los próximos 20 ó 30 años. El plan que tenemos ahora (al que llamamos Normas Subsidiarias) se hizo en el año 1981, es evidente que está desfasado.

Lo que no entiendo son las prisas de unos y otros, mucho menos sino se dan argumentos para justificarlas. Hasta ahora lo que he oído, por parte de unos, es que quienes dicen NO a este plan es porque tienen intereses, pero claro no explican qué intereses. Me gustaría que cuando den este argumento lo expliquen para que todos sepamos a que se refieren. Los otros dicen que el desarrollo de Totana está paralizado y que hay pendiente de la aprobación del plan no se cuantas licencias de obra (he escuchado varias veces 400). He preguntado a donde hay que preguntar, en la concejalía de urbanismo y a quienes se dedican (los pocos que quedan) a la promoción de viviendas en Totana, y en ambos casos me dicen que no saben nada de esas licencias pendientes, más bien lo contrario (en un momento lo explicaré)

En mi opinión es prioritario aprobar el nuevo plan pero sin precipitarse. Llevamos muchos años perdidos, pero eso no significa que debamos aprobar cualquier cosa por el hecho de tener un plan. Bajo mi punto de vista esto sería un error con graves consecuencias en el futuro.

Los partidos políticos nos presentamos a las elecciones con un programa electoral que hay que cumplir. No se puede decir una cosa en periodo electoral y luego hacer lo contrario. Por otra parte, lo único que ha cambiado, respecto del plan, es que los partidos que antes estaban en la Oposición ahora son Gobierno y viceversa. Algunos pueden entender que esto es suficiente para cambiar el voto, pero otros entendemos que hay que ser coherentes.

Las razones del PSOE para oponerse a este plan son las mismas desde el año 2003 y se han explicado mil veces, pero quiero repetirlas para que estén claras y se puedan rebatir por quien no las comparta.

En esencia este plan es el que diseño Juan Morales y compañía con una finalidad sobradamente conocida, en la que no insistiré. Solo por dignidad se merece un NO ROTUNDO.

Se pretende aprobar un plan que diseña el desarrollo urbanístico, económico y social de Totana para los próximos 20 ó 30 años, sin contar con los vecinos y vecinas. Es verdad que los concejales están legitimados por las urnas y por la Ley, pero también que lo que ahora se haga transciende a su mandato de 4 años y que por ello hay que buscar un mayor consenso. Algunos o algunas dicen que ha habido exposiciones públicas e información, es verdad, pero insuficiente. Solo hace falta preguntar a las vecinas y vecinos afectados para comprobar que, en su mayoría, no conocen en que manera les afecta.

Lo hemos dicho mil veces y lo seguiremos diciendo otras mil si hace falta, NO A LOS CONVENIOS URBANÍSTICOS. Todos y todas sabemos cuál era su finalidad y que en su inmensa mayoría son una herramienta urbanística innecesaria cuyo único objetivo es la especulación con el suelo. Se dice que anular los convenios urbanísticos tendrá un coste económico al que el ayuntamiento no puede hacer frente, es verdad, pero sea ahora o dentro de uno, dos o tres años habrá que hacerle frente. El hecho de aprobar el plan tal y como esta no evita esta situación. Por tanto, cuanto antes se resuelva mejor. Además, aprobar el plan con los convenios condicionará a muchos propietarios colindantes con estos que se verán afectados por una previsión de infraestructuras que nunca se harán pero restan derechos sobre la propiedad.

El plan que se quiere aprobar pretende reducir el valor de la propiedad de las edificaciones existentes en más del 60% del casco urbano, al reducir la edificabilidad de las mismas de forma significativa. Hacer esto sin el conocimiento de las vecinas y vecinos afectados me parece de una gravedad extrema. No entraré a juzgar si urbanísticamente es mejor o peor, seguro que hay opiniones en uno y otro sentido, pero si que critico la desinformación. Decir que ahora aprobamos el plan que tenemos y que mañana cambiamos lo que haya que cambiar, es desinformar o, lo que es peor, desconocimiento de lo que se lleva entre manos. Una vez aprobada la reducción de edificabilidad pretendida en el casco urbano, recuperarla con modificaciones posteriores es muy difícil, por no decir imposible.

Por contra de lo que se hace con el casco urbano actual, se dota de nueva edificabilidad a la periferia de este de una forma desproporcionada. Solo hace falta revisar el crecimiento de la población durante los últimos 50 años para concluir que la nueva edificabilidad prevista es exagerada e innecesaria. Al ritmo de crecimiento de nuestro municipio, estamos proveyendo nueva vivienda para los próximos 100 años o más. Además, esta medida perjudica mucho la rehabilitación del casco urbano en general y más concretamente de los barrios más deprimidos como son el de San José, Era Alta, Las Parras. No tiene ningún sentido introducir medidas regulatorias de rigidez en el casco urbano que pretendemos rehabilitar y de flexibilidad para nuevos desarrollos. Las pocas empresas que todavía se dedican a la promoción y construcción en Totana dicen que la recuperación inmediata del sector pasa si o si por la recuperación del caso urbano y que el nuevo plan perjudica esta posibilidad. Si persistimos en este error la consecuencia será que los barrios a los que hice referencia pasarán a la marginalidad absoluta, y que el sector de la construcción tardará años en recuperarse en nuestro municipio.

Por otra parte, hay que estudiar muy bien la clasificación del suelo del municipio antes de lanzarse a aprobar el plan. Evidentemente hay que cumplir la Declaración de Impacto Ambiental aprobada, pero ello da margen a la revisión para obtener un resultado más acorde con lo que quieren las vecinas y vecinos.

También existen errores de bulto, en el actual plan, que perjudican seriamente los intereses del municipio. Ejemplo, la construcción de la variante Oeste que el plan ha previsto construir con las plusvalías de los nuevos desarrollos urbanísticos colindantes a esta. Esto es un disparate, la variante Oeste es una competencia de la CARM y es el Gobierno Regional quien tiene que construirla, tal y como ocurrió con la Norte. Además de los accesos a los Sifones, la nueva carretera paralela al trasvase para dar acceso a los convenios de la zona norte y otras medidas que es necesario corregir.

Hay suficientes razones para aprobar un nuevo plan cuanto antes pero sin precipitarse, haciendo las cosas muy bien y olvidando el oportunismo político. En este aspecto la crisis económica se convierte en ventaja porque no existe la presión urbanística que hubo en otros momentos. Ahora tenemos margen para pensar y aprender de todo lo que hicimos mal durante los años de locura urbanística. Hay mucho de lo hecho que sirve, pero también partes que hay que modificar.

Alfonso Martínez Baños (facebook.com/alfonso.martinezbanos)

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